Para volverte un artista en esta materia, en este artículo te presentaremos cuáles son las funciones de un director de proyectos, las habilidades que debe poseer y las diferencias que distinguen a esta posición frente a otras en el ámbito empresarial.
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Qué es un director de proyectos
Un director de proyecto es el líder encargado de la coordinación de un equipo para alcanzar una meta definida. Su principal función es diseñar un plan de acción y tomar las decisiones necesarias para ejecutarlo y obtener los resultados que busca una empresa.
El director de proyectos: un puesto clave en la empresa
El puesto de director de proyectos es uno de los más importantes y competidos en el mercado laboral. Esto se debe a que las responsabilidades que recaen sobre ellos son recompensadas con un salario anual que puede llegar hasta los 141.920 dólares.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre un gestor y un director de proyectos? Aunque ambos se encargan de la gestión de proyectos, sus funciones son distintas.
Un gestor se encarga principalmente de tareas administrativas, mientras que el trabajo de un director de proyectos es operativo y estratégico.
Un director de proyectos tiene seis funciones principales:
- Planificar proyectos: diseñar las estrategias y procesos para alcanzar los objetivos del proyecto.
- Evaluar presupuestos: trabajar con el área financiera para adaptar los proyectos a las capacidades de gasto e inversión de la empresa.
- Delegar responsabilidades: asignar actividades y funciones específicas al equipo de trabajo.
- Controlar la comunicación: establecer canales de comunicación óptimos entre los colaboradores de diferentes áreas.
- Monitorear desempeño: ofrecer retroalimentación al equipo y medir su desempeño.
- Reportar resultados: comunicar los resultados obtenidos durante el proceso a los tomadores de decisiones de la empresa.
Para ser un buen director de proyectos, es necesario contar con ciertas habilidades, entre las que destacan:
- Liderazgo: encauzar los esfuerzos del equipo y mostrar cómo deben hacerse las cosas.
- Creatividad: dar respuestas únicas a los problemas y ofrecer opciones innovadoras o disruptivas.
- Escucha activa: analizar situaciones y tomar las mejores decisiones para cambiar el plan de acción.
- Asertividad: mediar en conflictos o discusiones y encontrar soluciones en las que todos ganen.
- Previsión: contemplar posibles complicaciones y diseñar un plan de gestión de riesgos y protocolos de acción.
- Resiliencia: recuperarse ante situaciones adversas y ver los riesgos como retos a superar.
- Pro-actividad: actuar inmediatamente cuando algo no resulta como se esperaba.
Dirigir un proyecto no es tarea fácil, pero con las herramientas de gestión adecuadas y un buen trabajo en equipo, se puede alcanzar el éxito.